viernes, 4 de diciembre de 2009

Campeón


De pronto lo ví, volando hacia mí como una saeta humana, me golpeó de tal forma que hundió mi tórax casi hasta juntarmelo con la espina dorsal. Quedé tendido en el piso y mis gritos para conservar la respiración-contener la rabia le helaron la sangre de mas de uno de los que estaban ahí. Alguien tomó mi mano y la apreté tan fuerte que creo que le debe seguir doliendo ahora, lo cierto es que me dió miedo, que pensé que esta vez no la contaría y que por fín había llegado el tiempo en que por primera vez mi cuerpo no respondería como una muralla inquebrantable...en ese momento en el que creí no estar bien, que algo se me había roto, que nada iba a ser igual, en ese momento solo tu pudiste hacerme cobrar conciencia e impulsarme a abrir los ojos de nuevo.

El doctor dijo -todo está bien- mientras observaba la radiografía;
mi corazón estuvo seguro de lo mismo
cuando escuche -¡hola campeón!- en el auricular de mi celular.

No hubo trofeos esa noche, ni las celebraciones acostumbradas, sólo tu curando mis heridas, tu cuerpo cerquita mío dándome su calor. Tú, conmigo; ¡dios! no necesito nada más....!nada¡


JP "El Campeón" Arzacc


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