sábado, 8 de agosto de 2009

Delirando

¿Puedo pasar?
preguntó él titubeante.

Ella dejó que la puerta se deslizara al mismo tiempo que daba la media vuelta para sentarse en el sillón de la sala, él la siguió, se sentó y empezaron a hablar de ambos.

Ella dejó que sus acuerdos se deslizaran al mismo tiempo que le daba media vuelta a su conciencia, calló y abrió su corazón para dejarle entrar,
entonces él siguió hasta el amanecer delirando, sobre ambos... lados de la cama.

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