Violeta vino a visitarme, era de noche y la puerta estaba entre abierta, yo te esperaba como cada noche pero en tu ausencia ella aprovechó mis ganas de tí.
Venía vestida de negro -como te encanta vestirte a ti- con unos tacones tan altos como los que te encanta usar cuando no estás conmigo, con su pelo negro casi morado recién teñido y con las uñas (ahora lo sé) bien afiladas.
Entró y se sentó en mi cama sin recato, encendió un cigarro de mariguana y me ofreció un poco, yo me negué a su invitación pero tampoco le pedí que lo apagara, no se puede importunar así a las visitas.
Me contó sus aventuras y de lo aburrida que estaba, dijo que salió a la calle a caminar y que terminô en la puerta de mi casa, yo a penas la conozco, pero es de esas mujeres que en cuanto las conoces las odias o las amas, yo no puedo decir que la ame, pero no me cae nada mal y como tu no estabas pues no me venía mal la compañía de ella que a todas luces la necesitaba mas que yo.
Vino Violeta a visitarme, a hablarme de sus fantasmas, de sus miedos, de sus mentiras que dejé que volaran libres por la habitación, vino y habló de sus deseos, de sus demonios, de su aberración por la pobreza y de la forma en que se ha burlado de ella, así como de ella se ha burlado New York, Vino Violeta y me habló de su "Diablo "Guardián" y de lo bien que se ajustan sus infiernos, de sus artimañas de putita wanna be" mientras se subía la falda...
Vino y se fue Violeta en esta noche desierta, dejó empeñados aquí sus sueños y unos besos de despedida...y su hasta pronto pegado en la pasta del libro de Xavier.
JP_Arzacc
Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel
No hay comentarios:
Publicar un comentario