Nocturnamente estamos ahí
En la latitud estrecha de la madrugada.
Un respiro viola nuestras manos;
La oscuridad se apaga
Como un foco simple,
Sencillo,
Diminuto.
Te recuestas en la necesidad de los dos,
Formando poemas delgados y no ausentes,
Acrecentando tu boca para mi,
Delineando saliva sobre el cuello creciente,
Bebiendo líquido amargo de piel.
Beso, beso, beso, beso, besamos.
Tumulto de eso y de beso.
Serenata de cantos lagrimales
Para la luna no eclipsada
Beso en la frente.
Falta de ti...
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