viernes, 11 de septiembre de 2009

Heridas de guerra

Iba escapando a toda velocidad de mis perseguidores
el terreno era bastante irregular y pedregoso
de pronto uno de ellos salió por delante mío y me atacó ferozmente,
en mi intento por esquivar su ataque resvalé y caí como un bulto pesado al suelo
recorriendo al menos 3 metros deslizandome por sobre las piedras
después, un estruendo hizo volar por los aires a quienes me persegían
y yo quedé inconsiente sin saber hasta 5 meses después, de mí.

Aún conservo las cicatrices en la espalda las cuales adquirí en aquella batalla épica
ayer que tome mi habitual ducha nocturna volví a verlas en el espejo
y recordé, como si fuera ayer cuando aquellas esquirlas se clavaron
tan profundo en mi, que casi me arrebatan la vida... pero son mis heridas de guerra
aquellas que me recuerdan que estuve ahí... que no fue un sueño.

JP Arzacc

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