jueves, 16 de julio de 2009

A pesar de...

En los atajos de la vida abrevando en la laguna de la irrealidad
te encontré cumpliendo uno de tus veintinueve mandamientos
Como un secreto tu piel transparente, brillaba con la luna
y eras como ella, perfectamente ajena, perfectamente inalcanzable
 
Me socorriste con tu luz en la oscuridad de aquella noche
me llevaste a pasear por el bosque y encontraste mi pegaso perdido
nos sentamos a la orilla del lago a ver el ocaso y no dijimos absolutamente nada
La lleve guardada en mi adarga me abrió tu puerta, sin saber, la puerta del cielo...
 
Ya no recuerdo cuanto hace de aquel viaje de descubrimiento al centro de ese cielo
Ni recuerdo en que momento una de las vueltas a la derecha o a la izquierda en tus laberintos
me perdieron irremediablemente en la incontrolable resolución de amarte...
Independientemente de esos fantasmas que últimamente son tus asiduos visitantes
 
Me he convertido en el perfecto asesino de tus peros,
en el peor fiscal de tus resabios y tus dudas...
Todo por que un día,
aunque sea uno sólo en esta vida (en la otra juro encontrarte antes),
seas completamente mía...
 
A pesar de mí
    A pesar de tí...
 
absolutamente nuestros...
 
 
Ahora trato cada noche de volver al bosque, sabes...
de encontrar de nuevo al pegaso
Tomarte de la mano,
montarlo juntos
y volar lejos,
muy lejos...
                                                                               
 
 

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