Cuentame un cuento...

Ella le pidió que él le contara un cuento, ella estaba recostada, con la cabeza entre las piernas de él en aquel paraje aquella tarde. Boca arriba mirándolo, con los ojos hacia atrás,  ella veía como él miraba al cielo buscando no se qué cosa, quizá la inspiración, quizá sólo miraba al cielo perdido en la fascinación de estar con ella. Él volteo a mirarla y vio la maravilla que eran sus ojos, la luz que le entregaba su mirada y el contorno de esa boca dueña de sus besos, él se quedó así sin decir palabra, absorto; ella le pidió de nuevo  - ¿me cuentas un cuento?- y él salió de su trance, le sonrió y le dijo –¿un cuento?- él preguntó ¿algún tema en particular?, y ella le dijo- decidelo tú-, él volvió de nuevo su mirada al cielo y ella lo siguió, después él comenzó a acariciar su pelo suavemente mientras comenzaba alguna extraña y fascinante historia de pegasos y cuerpos celestes, de esas historias de almas gemelas que se reencuentran en vidas distintas…

JP Arzacc